Prensa

Luna Miguel me ha incluído en la lista de sus libros favoritos del 2015. Todo un honor.

No ficción:
1. La mujer de pie, de Chantal Maillard (Galaxia Gutenberg)
2. Guardar la casa y cerrar la boca, de Clara Janés (Siruela)
3. De pronto mi cuerpo,de Eve Ensler (Capitán Swing)
4. Maternidades subversivas, de María Llopis (Txalaparta)
5. La llamada perdida, de Gabriela Wiener (Malpaso)

Leyendo el buen libro de entrevistas Maternidades Subversivas de María Llopis encontré una conversación con la artista y directora de cine porno Madison Young en la que habla de su película Pregnant with desire, que rodó al enterarse de que sus amigas de la escena porno berlinesa esperaban un bebé y que podía ser una gran oportunidad para contar el sexo durante la gravidez fuera de lo heteronormativo. Fui corriendo a verlo y pese a lo cutre de su factura, es un interesante documento de cómo se vive el tercer tipo de embarazada de nuestra lista, la preñada queer, altporn o postporno. Allí por fin pude ver follando a embarazadas con otras mujeres, lesbianas o trans, con naturalidad o dildos, masturbándose de lo lindo por puro deseo o teniendo sexo hetero durante el postparto con chorros de leche saliendo de sus pezones. Y lo más interesante es que antes de cada polvo, las chicas –actrices porno en su mayoría–, hablan sobre sus cuerpos y deseos y de ese ardor pre-parto irreprimible: “Me siento insaciable como una quinceañera”; “me siento como una foca pero más segura de mi poderío sexual”; “pienso todo el día en sexo, hasta cuando está mi madre”.

Gabriela Wiener en su artículo Sexo con (y entre) embarazadas: el último tabú, en Tentaciones, en El País.…

La fantástica y embarazadísima Marta Molas me ha entrevistado para el blog de Amantis. Anticipo que planeamos organizar un taller sobre Maternidades Subversivas para la próxima primavera.

“Lo malo es que hoy en día son trabajos estigmatizados y se asocia el estigma con la pobreza. Siempre asocio el tema de las putas con el de las amas de casa. Una amiga decía que la prostitución se asocia al tema de la inmigración. Esas mujeres están mal no por ser putas, están mal por ser inmigrantes. Y gracias a que son putas comen todos los días. Esta misma amiga me decía: “el día en que las putas y las amas de casa se sienten en la mesa a dialogar, se acabó el patriarcado.”
Alicia Murillo en Maternidades Subversivas

Luna Miguel escribe sobre Maternidades Subversivas en PlayGround.

“No es casual que los órganos que dan vida y los que producen placer sean los mismos”, dice María Llopis cuando le pregunto por qué cree que a nuestra sociedad le da tanto miedo asumir la maternidad como una experiencia que puede llegar a ser erótica.

Llopis acaba de publicar el libro Maternidades subversivas en la editorial Txalaparta, un conjunto de entrevistas a varios personajes que han afrontado lo maternal de maneras muy distintas. Desde la propia portada, sabemos que este libro va a ser incómodo, incendiario, diferente.

Artículo de Marta Molas sobre Maternidades Subversivas, publicado en el sexo mandamiento.

Maternidad: ¿un trabajo sexual?

Impacta en el libro el capítulo con Alicia Murillo. Esta intenta contrarrestar los problemas generados en una sociedad capitalista como la nuestra, entre ellos, la mala o nula remuneración de la maternidad y crianza por parte de quién se ocupe de las criaturas. Por ello, pide que la maternidad sea considerada trabajo sexual y, por ello, un trabajo pagado económicamente. Y da un paso más allá: si en un matrimonio, a veces uno da sexo a su compañero no por ganas o placer propio, sino por cuidar al otro, ¿este acto no debería ser pagado? Interesante reflexión y punto de vista sobre qué es y qué no es trabajo sexual.

Me ha entrevistado la maravillosa Gabriela Wiener para La República (Perú). Podeís leer la entrevista aquí

Hay otro tema importante en tu libro que es el de la crianza compartida. ¿Qué has aprendido sobre este tema en el proceso del libro?

Pues que es complejo, pero es que ¡también es complejo criar en pareja heterosexual normativa! La crianza pide multitudes, eso es un hecho. El padre de mi criatura y yo hemos hecho una asociación de crianza compartida. Hemos decidido que el tema de pareja romántica, pasional, etc. no nos interesa ahora, que la prioridad para ambos es criar juntos. No es que hayamos “abierto” la pareja, directamente la hemos abolido, y hemos optado por una relación de convivencia llena de amor y respeto pero sin las presiones que suponían para nosotros ser pareja sentimental. Yo creo que cada persona tiene que encontrar su forma de llevar la crianza, lo que le vaya bien a ella y a su criatura, no hay fórmulas establecidas.