Personal

En Barcelona vivo en una casa anclada en el pasado, viejos muebles setenteros, lámparas polvorientas y sillas de rejilla. Hasta El Caso está en el revistero del salón. Y un número de La Vanguardia de 1969 sobre la llegada a la luna. Mi compañero de piso me cuenta como se folla a cientos de tíos que conoce por internet. Y cocinamos juntos judías japonesas con alga kombu.

Todo sería maravilloso si no tuviera día de rodaje mañana y un orzuelo en el ojo tamaño tomate cherrie. …

Sí, estaís ante la lápida de mi difunto bio-padre, del cementerio a vuestras pantallas, porque yo la he visitado por primera vez esta soleada mañana de noviembre. A mí lo del garbo me ha dejado muerta, para un señor sacerdote que tuvo el tremendo garbo de follarse a mi madre, huérfana adolescente esquizofrénica, hasta dejarla preñada. Huérfana del que había sido su mejor amigo en vida, sí, el padre de mi madre (muerto de un ataque al corazón delante de mi madre cuando ésta tenía tan sólo 12 primaveras) y el cura, eran best friends.

Pero la cuestión no es ésta. La cuestión es que nadie ha pagado por el sepulcro y, o un familiar suelta los eurillos, o el sacedorte garboso se va a la fosa común y se queda sin lápida de mármol negro. Y claro, yo soy la única familiar, hija bastarda del cura, así que la funcionaria del cementerio ha estado intentando convencerme de mi deber sanguíneo. Yo tenía clarísimo que no, que antes me pillo un par de modelazos en Paseo de Gracia con la pasta que cuesta la bromita, pero después de leer la poesía sobre su garbo y su ceguera, me lo estoy pensando.…

Después de pasar dos noches durmiendo en un frío vagón de madera, con estufa de leña y letrina en el jardín (eso sí, muy bien acompañada), nada podía seducirme más que una habitación berlinesa de 40 metros cuadrados, vistas sobre el Mariannen Platz y cama dorada. En esta cama tuve el mejor sexo que he tenido en mucho tiempo, y para sorpresa de todas y de mí misma, con una mujer. Sí, yo que estaba hecha una falócrata de cuidado, por fin me he reconducido. …

La seleción de youtube y vimeo que sigue a continuación son tres videos muy distintos. El primero es la famosa escena de la orgía de la película de Tom Tykwer, El Perfume. El segundo es un momento de la actuación del DJ Erol Alkan en el Festival Internacional de Benicàssim 2008. El tercero es un fragmento del taller porno que montamos en las jornadas FeminismosPornoPunk (en Arteleku, el pasado mes de julio) las GoFistFoundation y yo.

¿Qué tienen en común estos 3 videos? Así, de buenas a primeras, pues en lo tres hay mucha gente, muy cerca, que sudan mucho. En los tres hay un maestro de ceremonias; llámese DJ, Jean Baptiste Grenuille en El Perfume o Maria Llopis y GoFistFoundation en el taller porno. Pero sobre todo, en los tres hay una celebración del placer físico colectivo. Las tres escenas muestran a un grupo más o menos numeroso de gente que busca el placer a través del MDMA o del sexo. Y en las tres escenas para llegar al éxtasis colectivo utilizamos música, perfumes, drogas, juegos, arneses… Y sucumbimos al placer, al sexo y al amor, a lo bueno que tiene la vida, vaya.

Recomiendo darle al play a los tres videos a la vez.…

Gracias a Ateleku TV podemos disfrutar de parte de lo acontecido en las jornadas organizadas por Beatriz Preciado el pasado mes de julio, FeminismosPornoPunk. Aquí podeis ver la presentación de Beatriz, de Itziar Ziga, de Alex Brahim, la performance de Diana Junyent, o la de Shu Lea Cheang.
Y la presentación de una servidora, un poco caótica, para variar. Sólo deciros que he desechado por completo la opción que planteaba de casarme y tener hijos. Pero sigo en terapia.…

Estoy leyendo el último libro de mi editorial favorita, y no puedo mas que opinar. Es una compilación de textos en torno a un muy loable tema: el odio. Y más concretamente el odio a la ciudad de Barcelona. Me lo pillé casi que con ansiedad, ávida de leer párrafos y párrafos sangrientos de odio visceral, de ese de verdad, del que te hace que te estalle el hígado y no te lo vuelva a poner en el sitio nada más que unas cuantas sesiones de acupuntura fina. Pero no. Se salva el texto de Llúcia Ramís: Barcelona, la gran Madame. Ahí puedes ver un poco de resentimiento, un poco de maldad al comparar a la ciudad con una puta, pero no somos todas unas putas al fin y al cabo, y la autora del texto es la primera en admitirlo.
Divertidísimo el texto de Javier Blánquez, que odia Barcelona porque los punkies se cuelan en el metro y las guiris se hacen pis en la Rambla, ardo en deseos de conocer a este individuo. No, no es un abuelito casposo y franquista con ganas de tocarte el hígado, es un mozo nacido en el 75, como yo!

Yo odio Barcelona, pero yo la odio de verdad, no como estos blandengues, mi odio tiene como eje La Rambla, lugar absurdo y odiable como pocos.…