A partir del 17 de enero, comienza el ciclo de cine que desde Playtime Audiovisuales, hemos comisariado para el Musac de León, en torno a la exposición Genealogías feministas en el arte español.
Siete sesiones más una octava titulada: De la exposición a la pantalla en colaboración con el Centro, que recorren el panorama audiovisual fuera de los circuitos comerciales, de mujeres realizadoras en España, que se han acercado al hecho feminista y queer, sin excluir uno de los puntos de vista masculinos más relevantes sobre el tema y que nos parecía interesante para arrancar propiamente el ciclo.
17 de enero SESIÓN: LA REVOLUCIÓN SEXUAL
Sexperiencias, de José María Nunes, 1968 – 1969. 70’
24 de enero SESIÓN: LA MUJER EN LA TRANSICIÓN
Vámonos, Bárbara, de Cecilia Bartolomé, 1978. 95’
31 de enero SESIÓN: LA MUJER Y EL TRABAJO
Memorias, norias y fábricas de lejia, de María Zafra. 2010. 17’
Tiempo Real, de María Ruído. 2003. 42’
Bata por fóra (muller por dentro) de Claudia Brenlla. 2007. 17’
07 de febrero SESIÓN: MENOSS – MEDIA
Going through languages, de Eugenia Balcells. 1981. 28’
Producciones Visuales de la Sociedad de Consumo, de Erreakzioa-reacción. 2000. 4’
Kiss the murder, de María Cañas. 2007. 8’ 14”
Am I?, de Flor Aliberti, 2011. 3’ 10”
Daily Routine, de Flor Aliberti, 2011. 3’ 30”
Ellas dan el golpe, de María Cañas. 2012. 4’
Confessions with an open curtain, de Eli Cortiñas. 2012. 6’
14 de febrero SESIÓN: LA FAMILIA
Nedar, Carla Subirana 2008. 85’
21 de febrero SESIÓN: IDENTIDAD – CUERPO
Cinc Batalles, de Ariadna Relea, Sarah Bonavia, Yasmin Córdoba, Nuria Lozano y Névena Dragosavac, 2010. 30’
Hezurbeltzak, de Izibene Oñederra, 2007 6’
Fart Global Art Fair, de Raisa Maudit. 2011. 13’
Real life, de María Llopis. 2011. 14′
28 de febrero SESIÓN: SOY UN HOMBRE
Test de la vida real, de Florencia P. Marano. 2009. 51’
Escenario doble, Virginia Villaplana. 2004. 25’
Instrucciones de uso, Cabello y Carceller. 2004. 6’
Soy un hombre, Estibaliz Sádaba. 2006. 2’
07 de marzo SESIÓN: DE LA EXPOSICIÓN A LA PANTALLA
Mi sexualidad es una creación artística, de Lucía Egaña Rojas. 2007. 46’
Des-medidas, de Carmen Sigler. 1998. 6’
Asuntos internos, de Xoán Anleo y Uqui Permui. 2007. 23’
Proyecciones a las 20h, en el Musac de León. Entrada gratuita
Fotograma de cabecera extraído de Tiempo real, de María Ruído
María Llopis, activista de la pospornografía, propone una lectura de Chatroulette que le permite transgredir el concepto de cuerpo en la sobrexposición que este chat supone.
“A mí me da igual que me graben y que utilicen mi imagen para lo que sea. Porque considero que mi dignidad va más allá de la imagen de mi cuerpo desnudo y abierto de piernas en la red. Es más, considero que esa es mi dignidad. Trabajo en torno a la sexualidad, la postpornografía y los nuevos feminismos, así que mi cuerpo es mi campo de batalla” (Llopis, 2011)
Tengo que hablar esta noche en El Diferencial sobre Fetichismo y la verdad es que es un término con el que no me he sentido cómoda nunca. Tal vez porque es considerado una patología sexual. Tiro de wikipedia.
Fetichismo es la devoción hacia los objetos materiales, a los que se ha denominado fetiches. El fetichismo es una forma de creencia o práctica religiosa en la cual se considera que ciertos objetos poseen poderes mágicos o sobrenaturales y que protegen al portador o a las personas de las fuerzas naturales. Los amuletos también son considerados fetiches.
http://es.wikipedia.org/wiki/Fetichismo
Fetichismo (del latín, facticius, ‘artificial’, y del portugués feitiço, ‘magia’, ‘manía’; del francés fétiche) es una parafilia que consiste en la excitación erótica o la facilitación y el logro del orgasmo a través de un talismán u objeto fetiche, sustancia o parte del cuerpo en particular. El fetichismo sexual se considera una práctica inofensiva, salvo en el caso de que provoque malestar clínicamente significativo o problemas a la persona que lo padece o a terceros, pudiendo en este caso llegar a considerarse un trastorno patológico propiamente dicho.
Los aparatos fabricados con el objetivo de la estimulación o para el juego sexual no se consideran fetiches.
El DSM IV lo clasifica como enfermedad siempre y cuando sea una conducta recurrente durante al menos seis meses, necesaria para la excitación sexual y que afecte la vida social o laboral del sujeto. En el caso de que ésta no afecte la vida social o laboral del paciente, se considera simplemente como una manifestación de su sexualidad.
http://es.wikipedia.org/wiki/Fetichismo_sexual
Aquí os dejo algunas imágenes de la performance en Fuentes & Rodríguez, teatrillo y gintonics, en pleno centro de Madrid y con final feliz en el Candela, escuchando flamenquito. Gracias por cuidarme tanto y darme tanto amor, a todos. Fotografías de Tina Paterson.…
La Revista Excondra publica un texto mío: La tecnología es el nuevo fetiche. Me confunde la portada. Lo erótico. Para hombres heterosexuales o lesbianas. Es que parece que lo erótico es siempre un coño. ¿Es que una polla no puede ser erótica?…
Arguably the most fascinating Internet meme of 2010, Chatroulette has created an immaterial space for a multitude of personal interactions. The real-time video-chat experience is controlled by random algorithms and superficial judgements. This has opened the doors for unprecedented private relationships at an incredibly schizophrenic speed – thus transforming the virtuality of chatbot culture into a sobering real image of another human being. Emerging from the shadows of a bedroom and the dark corners of cyberspace, we find an intimacy unfamiliar to what was once considered an anti-social technology. Digitally-illuminated faces often imply bodies suggestively lying under bed sheets. Some chatrouletters hide in embarassment or guilt, while others eagerly await in direct sight of the webcam. Progressing through strangers on screen, we are left questioning the personal experience versus the fleeting moment.
Pienso que el hecho de que hayan recortado la foto le quita toda la gracia. El autor del proyecto debería ser parte de la fotografía, así como el texto chateado. La captura de pantalla debería aparecer íntegra. Pienso yo.…
Acabo de ver una película que se llama Ghost in the shell. Es un manga de ciencia ficción, una animación con unas imágenes preciosas que plantea una sociedad del futuro en el que los humanos fabricarán muñecos-robots para hacernos compañía, follar y poner el té. La trama de la peli es que hay unas muñecas que se están rebelando y matan a sus dueños, luego resulta que se les está metiendo el alma de seres humanos y por eso se lía todo.
La película es la cosa más sexista que he visto en mucho tiempo. Es una peli de tíos. Tíos obsesionados con crear seres a su imagen y semejanza, es decir, tíos que quieren tener úteros y gestar criaturas. Envidia del útero, si nos ponemos en plan psico análisis barato. En la peli vemos unos planos preciosos de esos úteros de laboratorio en los que se crean las muñecas y se les mete el alma y eso.
Por otra parte la visión de la mujer que ofrece la peli es para echarse a llorar. Las muñecas que se fabrican son muñecas para follar, y punto. Nenas sumisas que no hablan y no dan problemas. Hasta que los dan, claro. El otro arquetipo de mujer es la diosa inalcanzable que les salva al final. O la esposa y madre que espera en casa la llegada de su macho.
Hay una escena al final en la que un ejército de malvadas muñecas les atacan, a los chicos protagonistas, y ellos tiene que defenderse con sus pistolas. Defenderse de la fantasía de que el matriarcado vendría a ser algo similar al bélico patriarcado que se han montado ellos, pero con mujeres. Lamentable.
Hay un personaje femenino que se llama Sr Halaway, una clara alusión a Donna Haraway y su manifiesto Cyborg. Aunque al final de la conversación uno de los tíos le pregunta si es madre y ella contesta que no, y lo dejan así como que es por esa razón que ha podido desarrolar sus teorías fantásticas. O mucho peor.
De acuerdo con Haraway en su Manifiesto, «No hay nada acerca de ser hembra que una naturalmente a las mujeres. Ni siquiera existe tal estado como el de ‘ser’ hembra, que de por sí es una categoría altamente compleja construida en discursos científicos sexuales debatidos y otras prácticas sociales» (155). Un ciborg, por otro lado, no requiere una identidad estable y esencialista, argumenta Haraway, y las mujeres deberían considerar crear coaliciones basadas en «afinidad» en vez de identidad.