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Os recomiendo encarecidamente este texto de Rosario Hernández Catalán. A mí me ha llenado de inspiración en esta mañana de domingo. Hace falta.

He de reconocer que en mi negativa a Harvard no sólo estaba la clase, también el género. Sé que por mi socialización, por entenderme toda la vida como mujer y no como hombre concibo el éxito de manera diferente. La carrera no lo es todo. Si en vez de Charo, fuera Jorge seguro que me hubiera lanzado a Harvard de cabeza. Pero en mí también estaban presionando, sabiamente, no sólo la carrera, sino los afectos, la familia, la Naturaleza, la amistad, la militancia. Yo vendo antes mi alma por un paisaje o por una idea liberadora que por un curro bien pagado. Si lo del curro sólo es dinero, y el dinero, psss. Soy tan ambiciosa que el dinero no me vale. Ni si quiera el prestigio. Mi ambición es mucho más profunda y radical…Puede que ahora vengan años en los que vaya viendo colmadas mis ambiciones…lo olisqueo en el horizonte….

También pensé que no podía irme a Estados Unidos porque mis padres era mayores, yo soy hija única, y no podía dejarlos sólos en España. Qué poco me equivoqué.

“prácticamente todas las mujeres que conozco tienen una pena o un dolor relacionado con su vulva: abusos, violaciones, malas prácticas obstétricas, abortos, invisibilidad. Por no hablar del sometimiento histórico. Quería ofrecer algo de belleza y descanso a esas heridas”
Laura Sánchez Rubio

«El bienestar de los coños debería ser una preocupación mundial. Curar nuestros coños enfadados es una urgencia mundial”
María Llopis

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