«Soy tan ambiciosa que el dinero no me vale»

«Soy tan ambiciosa que el dinero no me vale»

Os recomiendo encarecidamente este texto de Rosario Hernández Catalán. A mí me ha llenado de inspiración en esta mañana de domingo. Hace falta.

He de reconocer que en mi negativa a Harvard no sólo estaba la clase, también el género. Sé que por mi socialización, por entenderme toda la vida como mujer y no como hombre concibo el éxito de manera diferente. La carrera no lo es todo. Si en vez de Charo, fuera Jorge seguro que me hubiera lanzado a Harvard de cabeza. Pero en mí también estaban presionando, sabiamente, no sólo la carrera, sino los afectos, la familia, la Naturaleza, la amistad, la militancia. Yo vendo antes mi alma por un paisaje o por una idea liberadora que por un curro bien pagado. Si lo del curro sólo es dinero, y el dinero, psss. Soy tan ambiciosa que el dinero no me vale. Ni si quiera el prestigio. Mi ambición es mucho más profunda y radical…Puede que ahora vengan años en los que vaya viendo colmadas mis ambiciones…lo olisqueo en el horizonte….

También pensé que no podía irme a Estados Unidos porque mis padres era mayores, yo soy hija única, y no podía dejarlos sólos en España. Qué poco me equivoqué. Pero véis que pesó en mí una gama variada de valores. Y lo de cuidar, si bien no es mi fuerte, estuvo también en la balanza. Y me alegro. Porque como feminista no quiero un mundo en el que se venda todo por una carrera profesional. Carrera…. ¿quién nos persigue? Un mundo de individuos aislados lejos de su país publicando una estupidez tras otra para medrar en una Universidad plagada de poderópatas. Un par de años después escribiría un libro sobre ello, el Pero este trabajo yo para qué lo hago. Sobre esa trampa de la entrega total a la vida laboral. Tan alienante es entregarse por completo a los cuidados como entregarse al mercado.

Luchamos contra los recortes en la sanidad, y lo entiendo, pero, ¿vamos a seguir recetando, recetando y recetando más y más venenos, sin atrevernos nunca a ir a la raíz de la enfermedad?

Peleamos por la educación pública, pero, ¿es bueno tener a las criaturas ocho horas diarias sentadas en el aula? Sí, así se las va entrenando en la servidumbre voluntaria y la indefensión aprendida de los cuerpos para que el día de mañana fichen a su hora en la oficina o el centro comercial y sepan permanecer bajo vigilancia ocho o diez horitas.

Que nuestras abuelas y abuelos lucharon por defender las tierras y los bienes comunes que poco a poco, a golpe de Inquisiciones, guerras y otras ingenierías sociales, el Estado y su hijo Capitalismo se fueron apropiando hasta dejarlos desnudos de estómago y alma. Omnia sunt communia! Gritaban. «Todo es común, todo es del pueblo»: eso gritaban. No el miserable «no a los recortes» en el que estamos ahora.

4 Comments
  • ylenia
    Posted at 13:24h, 07 marzo

    Gracias, de veras, por compartir este texto lleno de luz.

  • Don_Mingo
    Posted at 14:36h, 07 marzo

    A mí no me parece miserable el «No a los recortes», creo que primero debe ir un paso y luego el siguiente, en lugar de intentar dar un salto olímpico (de lo contrario sucederá como con al anarquismo durante la Guerra Civil). Está bien tener ambiciones, pero como reza el dicho, «quien mucho abarca poco aprieta».

  • Emily
    Posted at 16:26h, 11 marzo

    Que valiente eres Charo !! y que inspirada! o es lo mismo…Besitos