Perras

Perras

Hoy me he levantado de un humor de perros, así que me he ido a la panadería a por un croissant, a ver si me levantaba el ánimo. En la cola de la panadería me he enterado de las últimas noticias del pueblo: la chica gitana del Éste que pide en la puerta de la iglesia está de vuelta, acaba de dar a luz un niño, hace sólo un par de días.

Las señoras de la cola de la panadería estaban escandalizadas porque la chica no estaba en la cama, sino sentada en el frío suelo de buena mañana, trabajando. Yo miraba a la chica a través de los cristales de la panadería y la verdad es que parecía encontrarse muy bien. A mí me llama la atención que la chica haya tenido que emigrar desde un pais lejano a este rincón del mundo para pedir en la puerta de la iglesia de mi pueblo, me llama la atención que no esté con su bebé recién nacido en los brazos, que haya tenido que separse de él tan pronto. Y me llama la atención que se siga considerando el embarazo y el parto como una dolorosa enfermedad.

Dice Juliette de Baïracli-Levy que los galgos tienen partos rápidos y nada dolorosos. Las galgas paren y se echan de nuevo a correr por el monte. Dice Juliette que es porque las galgas se mantienen muy delgadas y musculosas durante el embarazo, porque no dejan de moverse. El útero es un músculo grueso y elástico, así que si mantienes tus músculos sanos podrás hacerlos funcionar mejor. No engordan, ni ellas ni las crías que llevan dentro, que se mantienen también delgadas y pequeñas, lo que propicia un parto fácil.

Y una vez fuera del vientre materno, el bebé tiene todo el tiempo del mundo para engordar y crecer. ¿Por qué ese interés en gestar un bebé lo más gordo posible? Es como lo de la leche de vaca. La leche de vaca está diseñada para hacer crecer a una criatura mucho más grande que nosotros, la ternera. Nosotros le robamos la leche a las sufridas vacas y nos atiborramos de ella y así hemos crecido una barbaridad no se sabe muy bien para qué. Yo mido un metro ochenta y siempre me han hecho pensar que era una suerte, pero con el tiempo te das cuenta de que no sirve para nada. En Japón no toman leche de vaca y no son tan altos, pero gozan de una salud mejor que la nuestra.

Pensaba todo ésto yo esta mañana porque a la chica gitana de la puerta de la iglesia se la vé sana y fuerte, delgada y musculosa como una galga. Debe de haber tenido un parto rápido y fácil, como deberían ser los partos. Somos nosotras las que tenemos un problema, las hembras occidentales que engordamos y guardamos reposo para tener partos largos y dolorosos.

+ Texto de Juliette (spanish mountain life) >>>

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