01 Abr Carta para todos aquellos que estáis confinados y que habéis sufrido abuso sexual en vuestra infancia.
A mí lo del confinamiento me da mucha ansiedad. Que me diga alguien que no puedo salir de mi casa me da taquicardia y ganas de matarme. Por no hablar de que los niños no puedan salir. Pero hasta hoy pensaba que era porque yo soy así de moñis, así de rebelde, así de pesada, así de punk, así de gilipollas. Pero hoy me he entendido un poco más, y quiero compartirlo porque seguro que ahí fuera -o más bien ahí dentro- hay muchas otras personas en mi misma situación.
Empiezo por el principio: todo ha sido porque chateaba con una colega sobre nuestra común ansiedad. Yo le he dicho que en otra vida debo haber estado encerrada en una cárcel muchos años, porque la rabia que siento ahora mismo no es normal. Y ella me ha respondido que no hace falta que me vaya a otras vidas, que en esta ya hemos estado encerradas en cárceles. Y me ha caído la ficha: Ambas compartimos una infancia marcada por el abuso sexual. Ambas compartimos el habernos sentido atrapadas en pesadillas de las que no podíamos huir.
Porque los niños no pueden huir. De hecho uno de los recuerdos más vívidos que tengo de mi infancia, y que se me repite una y otra vez, es mi imagen corriendo escaleras abajo del piso de mi abuela, de la casa de mi madre, de la casa de veraneo… huyendo presa del pánico, aterrorizada. Es curioso porque no recuerdo volver nunca. Pero está claro que volvía, a dónde iba a ir yo.
Así que ahora entiendo mucho mejor el pánico que sentí cuando comenzó este infierno del confinamiento, y también entiendo mi empatía hacia los niños y niñas que no pueden salir de sus casas estos días, ni aunque los horrores que allí vivan les hagan necesitar salir escaleras abajo como hacía yo. Imagino que si no me hubieran dejado salir por la puerta, lo hubiera hecho por la ventana, porque hay niveles de horror que simplemente no se pueden soportar.
Y no os vayáis a pensar que el abuso sexual es algo que sucede de forma ocasional, os sorprendería ver lo frecuente que es. Ahí lo dejo. España ahora mismo es el único país donde no se puede salir a dar un paseo al aire libre (con una obvia limitación de tiempo y de distancia) y donde los niños están obligados a permanecer encerrados. En Italia a partir de hoy ya se permite que puedan salir a dar cortos paseos. En el resto de Europa el confinamiento sí permite realizar deporte al aire libre de forma breve o que los niños paseen, obviamente con limitaciones. Y ya sé que a muchos os parece una petición intrascendente, pero de ese pequeño gesto depende la salud mental de muchas personas.
Benicàssim 1 de abril 2020
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