Lo que pienso sobre el confinamiento

Lo que pienso sobre el confinamiento

Islandia se ha puesto a hacer tests a diestra y siniestra y todo el mundo parece sorprenderse con el hecho de que, oh, más de la mitad de positivos son asintomáticos. ¿Os estais haciendo los tontos? ¿Estoy atrapada dentro del cuento ese del emperador que va desnudo? Vamos a ver. Desde muy pequeña vi como el tema este de las enfermedades infecciosas va mucho más allá de entrar en contacto con el patógeno, por ponernos técnicos. Si yo estoy en una orgía con un número indeterminado de personas -por poner un ejemplo de actividad social en la que hay un abundante intercambio de fluidos- y una de ellas tiene una gripe -por poner otro ejemplo de enfermedad infecciosa común-, todos sabemos que algunos enfermarán con la gripe y otros no. Y yo no he visto a nadie todavía llamar a Misterios Paranormales o a algún programa de esos de la radio que echan de madrugada para comentarlo.

Los virus se mueven entre nosotros a su antojo y enfermar o no depende de otros factores, como el sistema inmunitario, llamenme loca. Si hasta con el VIH he visto a personas que eran asintomáticas, por poner un ejemplo de una enfermedad que ha causado pánico en el mundo de las enfermedades infecciosas.

Yo no voy a entrar en el tema de por qué unas personas tienen el sistema inmunológico fuerte y otras no, si es que realmente se trata de eso, porque si no acabaremos llamando al programa ese de la radio de madrugada. Que si las radiaciones y las ondas y las frecuencias, que está demostrado que determinadas radiaciones nos frien el cerebro, no hace falta ser un hippie comeflores para entender que tanto 5G no puede ser muy sano. Que si la actitud postiva, el ejercicio físico al aire libre, la buena alimentación, la luz del sol para la vitamina D… uy, que parece que me he puesto a enumerar la lista de actividades que está prohibido hacer en España, Italia y Grecia desde hace un par de semanas. Y nombro estos países porque son los que tengo cerca, pero ya sabemos que este tipo de restricciones salvajes se están implementando también en China y en algunos países de América Latina.

Quedémosnos en Europa, que la fiesta aquí es ya es bastante gorda. En los países del norte de Europa se está confinando a la población, sí, pero se permite salir a dar un paseo, realizar actividad deportiva al aire libre y no solo sacar a los perros a pasear, también se permite sacar a los niños a dar un breve paseo para que les de la luz del sol y puedan respirar.

Y cual es mi asombro cuando veo la respuesta por parte de los que estamos en este lado de la cárcel blanda, como dice Paul B. Preciado. Que si los holandeses o alemanes son unos nazis porque lo hacen para que mueran los ancianos y los enfermos y hacer selección de la raza. Que si eso aquí no se podría hacer porque aquí se pondría a correr todo el mundo (¿qué habría de malo en que la gente empezara a hacer algó más de deporte?). Que si nuestro estado sí que se preocupa por nosotros y no los alemanes que son unos inconscientes y les dan cheques de no sé cuantos euros a los autónomos que han dejado de ingresar. Que seguro que se lo gastan en vino y drogas. Nuestro estado sí que nos cuida bien, que nos hace pagar la cuota de autónomos íntegra para llevarnos bien rectitos.

Cuánto mal ha hecho la educación autoritaria y el sistema de castigos y recompensas, joder. Ahora confundimos abuso y pérdida de libertades fundamentales con un “te pego porque te quiero”. O con otro gran hit de la educación totalitaria, uy perdón, autoritaria: el “por tu propio bien”.

Aquí en España acabamos de empezar la condena, y todavía no hemos visto cómo un niño de cuatro años puede enfermar encerrado en un piso pequeño sin luz natural durante meses, como llevan los italianos. Porque aceptémoslo, la gran mayoría de personas viven en pisos pequeños, hacinados, en entornos familiares violentos, que sometidos a la presión psicológica que supone perder tu fuente de ingresos y no poder pagar la comida o las facturas de agua y luz, pues eso tiene que ser una fiesta, pero no precisamente de las que os hablaba al principio.

Y todo esto tiene su gracia, porque llevamos años y años viendo a miles de personas morir en el mar, morir escapando de guerras, morir hacinados en campos de refugiados o en CIES, y ahora de repente hay una emergencia mundial porque se está muriendo gente. Llegamos un poco tarde a decretar el estado de alarma mundial, ¿no? A veces pienso que se está reaccionando así en occidente porque el virus parece afectar sobre todo a hombres (70% parece ser) y mayores. Y parece que el que lleva el cotarro en esta fiesta, es decir, los que tienen la pasta y el poder, son hombres blancos mayores. Me ha faltado añadir “heteros”, por ponerme en plan feminazi, pero yo lo que quiero es que no dejemos que nos quiten nuestros derechos fundamentales. Algo tan revolucionario como poder salir a dar un paseo breve con mi hijo para que nos de el sol.

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